Compadre

martes, junio 30, 2009

El día de ayer se presento en el Martadero un homenaje al gran Victor Hugo Viscarra, en este homenaje se presentaron lecturas de textos inspirados en la obra del escritor Paceño, su servidor se atrevió a presentar uno, se los dejo para ver que os parece.


Compadre

Compadre, ¿qué hacer cuando uno ya no puede ni cargar con el cuerpo?, ¿mire como me lo han dejado compadre?, al menos no le hubieran quitado la chamarra, al menos le hubieran echo la cara a un lado para que no respire tan cerca el vomito y la sangre. De no estar tan jodido como usted me levantaría y me lo llevaría lejos del frió, a tomar una botellita o echarle un platito compadre, para rellenar de a poco esta alma que la tenemos tan, pero tan vacía.

¿Cuántos fueron, compadre?, ¿uno, dos, tal vez tres?, no recuerdo si bajábamos o subíamos, ¿usted los vio venir?, por que yo no, sólo sentí los puñetazos y las patadas ahí muy cerca del pecho y luego una impotencia compadre, una impotencia tan grande como la noche, una impotencia por estar tan borracho, por no poder con la vida, por no poder con los maleantes que le reventaban el rostro, ¡qué cojudos fuimos compadre!, ¡qué cojuda es la en si vida!

Mire a lo lejos compadre, mire a los tacones de las putas picoteando la acera, el humo negro de un puesto de comidas reptando por el aire. Y mucho más allá unos perros sumergiendo los hocicos en un montón de basura y una anciana junto con ellos enraizando sus brazos flacos dentro la porquería. Quisiera acercarme más a los neones que cuelgan de los puteros, ir como el polvo otra vez a la cantina a verter la tristeza y reemplazarla con licor.

Ya siento que somos parte de está calle mugrosa, compadre. Parece que nuestra piel es la escarcha de la tierra y nuestras bocas las letrinas por donde lentamente se va evaporando nuestra existencia. Somos el agua negra manando de una alcantarilla rota. Sólo nos queda esperar que llegue la mañana para que nos borre como manchas negras. Y gente de bien ocupe esta calle, y nosotros junto con los polillas y las putas nos fuguemos como ceniza a lugares protegidos del sol a esperar que una vez más caiga la oscuridad para salir de nuevo del avispero a llenar los antros con nuestras voces y nuestras sombras.

Me gustaría ayudarlo, compadre. Me gustaría ayudarme. Pero así no se puede, con la voluntad partida en dos nada se puede. No se duerma, compadre. No se duerma. Que por ahí me quedan unos pesos para continuar la chupa. No se me duerma compadre, que todavía no es hora de irnos a la otra noche a la más profunda. Le quedan muchas cosas por decir compadre, le quedan muchas cosas por hacer. Y si es así por lo menos espéreme compadre, para que juntos como aves de malaguero volemos sobre estas calles miserables. Cantando y riendo compadre. Cantando y riendo.

3 comentarios:

Asesino De Leyendas dijo...

uen cuento, muy buen cuento, ahhh el Victor Huguito, varios locales de los que hablña visité en lpz y de los cuales salí vivo de milagro, q manera de meterle al chupe con tirillo del más barato y en compañía de las putas más peligrosas que hay, qué tiempos, qué tiempos bro, un abrazo

Abuela Ciber dijo...

Que motivos llevan a los seres a momentos así, cortes de la vida, destino???
Una noria ya imposble de parar.

Gracias por tu visita.

Saludos

rajemofrel dijo...

:D