El bueno de Epicuro

lunes, mayo 31, 2010

Estoy convencido que los momentos proustianos llegan cuando estas o muy borracho o muy cansado. Como ya va más de un año que no bebo (no por voluntad propia sino por la de mi doctor), he tenido que esperar a tener la mierda bien revuelta y el cuerpo estrujado para conseguir esas manifestaciones de cruda realidad. Una en particular llego ayer mientras chateaba con un amigo. Hablábamos de nuestra situaciones laborales, resulta que ambos nos encontrábamos gracias al desempleo al borde de la ignominia y la prostitución, enumeramos los trabajos en los cuales nos habían rechazado como perros vagabundos, junto con los trabajos a los que habíamos rechazado por no tener una propuesta acorde a nuestras expectativas de sobrevivencia y libertad. La conversación fue derivando en una descripción larga del “trabajo soñado” de mi querido amigo, además de exponerme de forma muy extensa su “plan ñoño de vida”. Ya cuando mi paciencia terminaba y me disponía a apagar la pc e irme a ver un capítulo antigüito de los Simpsoms para despertar al cerebro remojado, mi amigo me salio con una pregunta que me rompió las bolas dejándome anonado: “¿Y tú, qué planes para el futuro?”. Seguramente mi amigo esperaba la misma perorata ultra-ñoña que dijo, pero no, ni por si acaso la pregunta había pasado por mi inocente cabeza. Durante unos breves instantes yo y mi hámster cerebral tuvimos la tentación de pensar en serio, pero en una pequeña búsqueda en mi banco de datos encontré la respuesta perfecta: “Mira hermano citando a Epicuro yo creo que el …futuro ni depende enteramente de nosotros, ni tampoco nos es totalmente ajeno, de modo que no debemos esperarlo como si hubiera de venir infaliblemente ni tampoco desesperarnos como si no hubiera de venir nunca…”, a lo que mi amigo contesto: “Jah???”, momento el cual aproveche para salir del msn.
Ya después mientras mis neuronas se relajaban frente a la televisión agradecí cien mil quinientas veces al bueno de Epicuro por dejar esas palabras tan sabias que salvan de la catástrofe a tipos como yo, al los que fácilmente se dejan cagar el día por ir pensando en huevadas.
Como dicen por ahí, a veces es bueno pensar, pero la mayoría de la veces no, por el momento mi principal objetivo en la vida es conseguir un laburo que me de lo suficiente para darme algo que meter al buche de vez en cuando y obtener la receta perfecta para el rollo de queso. Personalmente me parece una perdida de tiempo andar reflexionando en el futuro, Dios o la muerte. Especialmente en ésta última, creo que de todos los problemas que puede ocasionarnos la muerte, la menos grave es matarnos. Porque por andar rompiéndose las pelotas toda la vida intentando escapar de la muerte, hay muchos que se olvidan de vivir.
En fin para finiquitar el post, les dejo mi aforismo favorito de este filósofo griego además de una canción 5 estrellas.
"Acostúmbrate a pensar que la muerte no es nada para nosotros. Porque todo bien y todo mal reside en la sensación, y la muerte es privación del sentir. Por lo tanto, el recto conocimiento de que nada es para nosotros la muerte hace dichosa la condición mortal de nuestra vida; no porque le añada una duración ilimitada, sino porque elimina el ansia de inmortalidad. Nada hay, pues, temible en el vivir para quien ha comprendido rectamente que nada temible hay en el no vivir. (Carta a Meneceo, 124)"

La tercera fumada nunca es tan buena

viernes, mayo 21, 2010
Hay muchas cosas que aprendí de pequeño gracias a la experiencia, como que se baja mejor de una colina a pie que rodando, o que los orificios del toma de corriente no se usan como dedales, y entre todas ellas una de las más importantes es que cuando se trata de películas sobre super-heroes y sus terceras partes, los resultados son catastróficos. Esta lección me asalta ahora que acabo de enterarme que Christopher Nolan prepara la tercera parte de la nueva saga de Batman. Todos sabemos el orgasmo cinematográfico que represento The Dark Knigt, con ese Joker nihilista y psicópata bajo la piel de Heath Ledger, un Harvey Dent mutilado tanto física y mentalmente para convenirse en el perfecto Two-Face, que sin necesidad de aparecer mucho tiempo en la pantalla causa una impresión diez mil veces mejor que el bodrio interpretado por Tommy Lee Jones (del cual hablaremos más adelante). Esto sumado a una banda sonora agresiva y épica que acompaña un argumento circular que desde aquella primera imagen formada por la insignia de Batman sumida en el caos hasta la silueta del caballero de la noche perdiéndose frente a la luz de una autopista, hacen la mejor película sobre súper héroes que he visto hasta la fecha ohh…que decir…sublime.
Por eso la tercera parte de esta serie es uno de los retos más densos y turbios que hay, mucho más considerando la maldición de “las terceras partes”. De entre el largo repertorio de decepción que hay en esa lista menciono tres, que truncaron, en mayor medida que las demás, las débiles ilusiones que me había hecho de ver una adaptación decente.

Batman Forever

Tanto “Batman” como “Batman Vuelve” ambas de Tim Burton, habían traído de vuelta al verdadero Hombre Murciélago, al oscuro héroe de ciudad gótica, dejando atrás el Batman marica de mallas azules de los años 60, aunque los guiones de ambas películas no eran muy fieles al comic que digamos y el imaginario de Burton insertado en la obra desplazaba un poco la verdadera esencia del encapuchado. Era más de lo que se podía esperar, y también lo mejor que se había hecho en cuestión de adaptaciones hasta el momento.
Aún no entiendo muy bien porqué, los ejecutivos de la Warner decidieron sacar a Burton y reemplazarlo con el cabezotas de Schumacher, disque para hacer una película más “familiar”, ¿familiar?, no no no, era el principio del fin. Primero nos quitaron a Michael Keaton, no digo que Val Kilmer no diera al papel, pero a Keaton le pertenecia el personaje de Bruce Wayne, se lo había ganado. En fin eso era lo menos grave, lo decadente fue destruir la imagen de Batman, ya no era el justiciero silencioso y oscuro, si no un Rambo enmascarado, y no solo eso. El traje también había cambiado, ahora era una especie de armadura sexi que marcaba los abdominales y los pezones ¡guacala! Y para joder más la historia pusieron a un Robin bastante crecidito y tirado al rebelde. Que en vez de ocupar el puesto de ayudante de super-heroe parecía su compañero sexual. En fin, todavía no llegamos a lo peor. Ahora vienen los villanos.

Que son estos dos:

Que me recuerdan a

¡No!, hubiera preferido ver a Jim Carrey en la Mascara 2 que en el papel del Riddler, y de hecho que ni siquiera mencionar el despotricado Two-Face de Tommy Lee Jones. En fin, lo mejor que se puede hacer después de ver Batman Forever es darse en la cabeza con un yunque con la esperanza de olvidarla. Y de ahí irse directamente a la ver “Batman Begins”.

X-Men: The Last Stand

Siempre pensé que el mundo todavía no estaba listo para una adaptación de X Men, pero a grandes rasgos la primera parte estuvo pasable y con un reparto acertado. La segunda es otra cosa, realmente hubo una evolución, y la trama muto para mostrarnos una peli 5 estrellas, Bryan Singer había logrado darle a cada mutante un protagonismo con una eficiencia matemática, además de dar el primer paso a una de las mejores sagas, la del Fénix, la última escena donde se ve la silueta del ave de fuego bajo el lago alcali era demasiado alucinante y prácticamente te dejaba pidiendo a gritos una continuación. Sin embargo otra vez las manos codiciosas de hollywood se encargarían de hacer pelotas otra buena historia, los ejecutivos de la Fox sacaron a Singer para reemplazarlo por Brett Ratner, recontra-jodiendo la saga de la fénix oscura dejándonos en su lugar a esta tipa que debería haber sido parte de la noche de los muertos vivientes.


¡Qué horror!, y para no ser menos nos meten una trama que no tiene pies ni cabeza, pero la flagelan tanto pero tanto (nos matan a personajes claves como ciclope!!) que no dejan si quiera la esperanza de una continuación que arregle la bazofia armada.

Spiderman 3

De todas las secuelas que el hombre ha arruinado Spiderman 3 es la que más me dolió, en serio, fue personal, dejo profundas huellas en mi subconsciente y me costó 5 kilos de antiácidos. Esta vez no se cambio al director, ni al guionista, ni a los actores. Era el mismo podrido grupo que venia a cagar el palo a todos los fanáticos del trepamuros. Fui un fiel seguidor de las anteriores películas, es más las defendí cuando hubo gente que las critico, no falte a ninguna de las premiers y sonreí como idiota frente a la pantalla pasando por alto los desplantes y macanitas que de vez en cuando se mandaba Sam Raimi. ¿Y para qué?, para que después de tanta espera, salga con esta monumental cagada. ¡Por los mil diablos!, iba a ser la primera vez que llevaban a Venom a la pantalla grande, al mejor de los villanos que he conocido en el mundo del comic y junto con él a la saga del “traje negro”, años de espera, sólo para recibir un golpe bajo, seguido de una colosal nausea y unas ganas vehementes de volverse terrorista.
El primer error fue aumentar el nivel de ñoñeria de Peter Parker, en las anteriores películas, digamos que había estado dentro de rangos “tolerables”, pero esta vez se les pasó la mano. Es cierto que en el comic el personaje de Parker era a ratos, callado, introvertido y amable, pero no era para nada un pusilánime ñoño que parece que va a mojar los pantalones. Sin embargo lo más denigrante fue ver a este mi personaje favorito en su versión de “malo”


Sin más comentarios.

Finalizando, conviene decir que sólo nos queda hacer macumba para que Nolan rompa con la maldición de las “terceras partes” y nos deje con una peli, tal vez no mejor que The Dark Knight, pero por lo menos con una continuación digna.

PD: dado que este post es bastante largo y fue hecho en poco tiempo, estoy seguro que debe de tener un sin fin de errores ortográficos y demás incoherencia, por ello, me disculpo.

Orillas

sábado, mayo 15, 2010
Ayer al leer mi correo en un craso error le di click a ordenar los emilios en orden descendente por fecha, y me fije que tenía mensajes sin leer desde el 2002 (año en que abrí esa cuenta), los correos esperaban impolutos a ser abiertos 8 años. “Mierda, que la nostalgia te persigue hasta en Internet”, me dije. Mi mente se remonto inmediatamente a esos mozos años, me imagine a mi mismo como esos dibujos ñoños de animalitos de disney caminando y saltando por las calles con una sonrisa inocente mientras pasaba mis primeros años de universidad. Recordé las sabias palabras de uno de mis gurus existenciales Woody Allen, cito: la vida se divide entre lo horrible y lo miserable. Ésas son las categorías principales […] Lo horrible sería... no sé, los enfermos incurables […] Me refiero a los ciegos, los inválidos […] Y después, lo miserable incluye a cada uno de nosotros. Lo engloba todo. Así que tenemos que dar gracias por sentirnos miserables, pues la otra alternativa es aún peor. Así que recapitulando, aquel tiempo yo era un feliz miserable e incauto que iba libre por la vida, no percibia la existencia de la otra orilla: la horrible.
Hoy, me cuesta ser el chico de aquella época, tener los mismos traumas y complejos, andar de quejón por mi desdicha. No se si estuve en el lado horrible, pero de que pase el año pasado alejado de lo miserable, si. Me di cuenta de ello una tarde cuando era llevado en un taxi de camino al hospital, recuerdo que era un sábado por la noche. Andaba tan ido por mi malestar que apenas distinguía las luces de los faroles, cuando nos detuvimos en una esquina vi pasar frente al coche a dos amigas con las que en antaño salíamos a parrandear los fines de semana, ellas estaban ahí siguiendo su rutina fiestera de fin de semana, sin percatarse que las observaba. Supe entonces que estaba en la otra orilla, ¿orilla de qué?, no se, pero ya no pertenecía al buen mundo miserable.
Son extraños e incompresibles estos cambios de dimenciones, lugares y tiempos, ahora he vuelto a lo miserable, eso al menos creo. Y soy feliz por ello, pero decepcionado de mi mismo por no poder ser un buen miserable como antes.
Volviendo a los emilios, decidí borrarlos sin leerlos, creo que el pasado debe llevarse sólo en la memoria donde ya tienes suficiente para deleitarte o atormentarte. Ya sobran los recordatorios tangibles. Creo que todo se trata al final de caminar por la orilla que te toco. Sin mirar al otro lado, sin sentirte ni desgraciado ni afortunado.
Haciendo a un lado tanta divagación les dejo un par de canciones que me pegaron duro mientras escribia el post. Una en ingles y otra en español.




Retomando el Blog

domingo, mayo 09, 2010

La vida es caerte y levantarte, avanzar, avanzar, siempre p’adelante y nunca p’atras, si tropiezas y te vienes a bajo, enderezas el cuerpo, sacudes el polvo y continúas. Eso oí por ahí, pero, ¿qué pasa si en realidad no te caíste?, ¿qué haces si sólo te detuviste y sin una razón aparente y dejaste de avanzar?, si te quedaste mirando el panorama con los ojos achicados y la boca abierta. Si te quedaste en casa para no hacer nada, y digo nada de nada. Tal vez prendías la pc de vez en cuando y entrabas a tu cuenta de facebook, pero ni siquiera era para hacerlo como una persona normal, que escribe algún mensaje ñoño a sus amigos o sube alguna foto sosa con un comentario de ioo, ioo otra vez, no. Solo entrabas para ver las fotos de gente desconocida, una y otra vez sorbías de las salpicaduras de la vida de los demás. Si cuando de libros se trataba, apenas te quedaban ganas para re-leer novelas que ya habías leído antes, pero con el cerebro tan adormilado que apenas podías rumiar algunos párrafos de Harry Potter, si, de ¡Harry Potter!, así de grave estaba la cosa.
De esa forma dejas pasar los meses, cayendo en la espiral de la vagancia, donde gastas el reproductor de dvd recapitulando series como Seinfeld, Friends, o Two and a Half Men, tanto pero tanto que hasta te aprendes los diálogos de memoria. Cuanto el hámster de tu cabeza no sólo dejo su rueda oxidada sino además engordo veinte kilos alimentándose con música Pop, condimentado con Cumbia y sazonado con Reggeton. Sin ni una pizca de un saludable Rock o Jazz. Terminas convertido en un vampiro de la haraganería que con un solo atisbo de contacto social se le derrite el cuerpo. Tu uniforme oficial es un pijama y tus perros comienzan a confundirse porque piensan que ya formas parte del sillón de la sala.
¿Y por qué te detienes de esa forma?, puede ser culpa del alma torpe que uno posee, que como siempre tarda en asimilar los cambios que trae la vida y en el lugar de adaptarse se tira al suelo como una niño neurótico y hace un berrinche. O a lo mejor es culpa del cuerpo, ese no es capaz de aguantar dignamente una enfermedad y a los primeros tratamientos raros queda intimidado y se arrulla bajo un caparazón invisible sólo para asomar la cabeza de vez en cuando.
Las consecuencias de estas detenidas terribles las llevan los blogs como este, que apenas levantaban vuelo tímidamente y les destrozas las alas con uno de esos fusiles de alto calibre con más de 10 meses de abandono.
En fin, ya basta de remilgos, es hora de darse un auto-puntapié para segir caminando, ¿haciá dónde?, no se, pero es mejor ir por un camino desconocido que quedarse dando circulos en el mismo lugar así que a poner a dieta al hámster y aceitar la rueda. Abrir el ataúd del letargo, quitarse el pijama y comulgar los pecados de la ociosidad. Sacar la planta marchita al sol, y esperar las hojas secas revivan, y escribir, escribir, escribir. Rogando que todavía haya alguna persona que se de una vuelta por el blog.