Está prohibido ser estúpido

Hace unos días llegue a un bar, en cuya puerta colgaba un anuncio en letras doradas, que decía:

"AQUÍ ESTÁ PROHIBIDO SER ESTÚPIDO"

Al verlo mi primera reacción fue reírme, de seguro el dueño había puesto aquel cartel con animo de hacerse el gracioso, o tal ves algún cliente estaba jugando una broma a todos o hasta quizás ese anuncio sea parte de un intento por crear un ambiente innovador, una especie de tradición o juego, en fin, me disponía a entrar, cuando sentí una punzada en la frente ¿y si fuera cierto?, pensé.

No me considero un estúpido, claro que no, pero el miedo a ser tachado como tal me detuvo. Mire por la ventanilla, unas tres personas yacían dentro, tranquilas tomando de sus vasos negros y fumando. "Así que esos no son estúpidos, eh!!" urgió una voz en mi, "son los privilegiadas los que si pueden entrar en este maldito boliche", el absceso de rabia fue tal que alcé una piedra de buen tamaño, y unos instantes antes de que despedazara el bendito letrero de un piedrazo, una camarera salio a la luz y con una expresión amable, me invito a pasar.

Sin soltar la piedra y con mis facciones desconcertadas entre, todos los ahí presentes me miraron extrañados, me senté en la barra al lado de un hombre calvo que tomaba un trago, miro la piedra que aun estaba en mi mano, y sonrió.

- Otro que se cree un estúpido – dijo y me mostró otra piedra igual a la que tenía en la mano.