El día de mañana se cumple un mes del asesinato de Asha Ibrahim Dhuhulow, niña somalí de 14 años sentenciada a muerte por lapidación después de ser violada y acusada por sus propios agresores. (
Ver nota de prensa). Este tipo de castigo esta previsto dentro de la ley islámica (aunque no así en el Corán), en la que una mujer que ha sido imputada por homicidio o adulterio puede llegar a ser condenada si ella misma confiesan el delito o si es señalada por 4 testigos. De ser la sentencia efectiva la víctima es llevada a un espacio publico donde es enterrada como un poste, para luego ser apedreada por una multitud hasta la muerte, las piedras usadas para esta faena (la ley también lo señala) no deben ser ni muy grandes pues podrían matar demasiado rápido, ni muy chicas para que dejen de ser consideradas como piedras, el proceso culmina cuando las piedras han cubierto el cuerpo de la víctima hasta la altura del pecho.
La lapidación es un castigo estipulado en las leyes de muchos países islámicos, aunque en los últimos años han sido muy pocos los casos en que se ha aplicado, pero mientras estas leyes no sean completamente anuladas, no podrán evitarse casos aislados como este, en el que el asesinato es practicado bajo la legalidad.
Se dice que
los hombres nunca cometen maldad tan alegre y completamente como cuando lo hacen desde la convicción religiosa (Blaise Pascal), a esto muchos opinarán que la causante de estas atrocidades vienen de la religión musulmana, pero en esta época cuesta creer en una causa tan sencilla y fácil, recordemos que acá, en el occidente, hace pocos siglos se practicaba la santa inquisición donde millares seres humanos vieron sus vidas extinguirse bajo la imagen de una cruz. La maldad, el odio y la crueldad no necesitan tener medios tan complicados para expandirse debido a que ya están incrustadas en la humanidad desde sus inicios, por ahí se dice que
la naturaleza del hombre es malvada; su bondad es cultura adquirida (Simone de Beauvoir).
La lapidación es un castigo que no viene del Corán, parece ser, como muchos de los vicios e injusticias un hecho arraigado en lo más profundo de la sociedad que se escuda bajo la cultura y religión Islámica. Para alcanzar entender la desgracia de Asha, hay que también tomar conciencia de la situación actual que vive Somalia, un país cuyo poder es disputado entre los tribunales islámicos (que gozan de aplicar la ley islámica de forma rigurosa), el gobierno central, la invasión Etiope (con apoyo norteamericano), además de bandas de piratas que han tomado en control de varios puerto y zonas marítimas, han dejado a esté país en la peor crisis humanitaria de la actualidad.
Asha es víctima de este cruce de poderes, de los tribunales islámicos que más que preocuparse de seguir el camino de justicia que exige el Corán se preocupan por demostrar su poder mando. Podemos descubrir en esto que las verdaderas causas de estas desgracias no son más que las mismas de ayer: intolerancia, ignorancia y ansias de poder. Para finalizar dejo un breve versículo del Corán que por seguro fue obviado de la memoria de aquellos que condenaron y apedrearon a esta pobre niña.
Sois (musulmanes) la mejor comunidad que jamás se haya suscitado entre los hombres: Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en Dios. (Corán 3:110)
3 comentarios:
Muy interesante tu artículo, nadie deberia olvidarse de que este tipo de sucesos todavía existen y no se han conseguido erradicar.
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