Un cazador y su perro viejo caminaban por el bosque cuando de pronto un oso enorme les salió al paso. El cazador descolgó su escopeta nervioso.
- ¡Por favor!, - dijo el oso- se que no lleva cargada la escopeta (lo estuve observando desde hace un rato, sabe), así que no se moleste.
El perro había comenzado a ladrar y el hombre haciendo caso omiso hurgaba entre sus bolsillos.
- ¡Qué testarudo!- insistió el oso- mire que a esta distancia me bastaría con estirar una pata para sacarle la cabeza, intentemos evitar una escena tan penosa.
El cazador entre lloriqueos comenzó a temblar, en cambio el perro se acercaba más al oso gruñiendo y ladrando.
- ¡Hay mire que perrito más tierno! - dijo el oso - es todo un pillo.
- ¿Qué me va hacer? - pregunto el hombre entre titubeos.
- ¿Pues qué cree?, me lo voy a comer - respondió el oso - ya es medio día y mire que llevo una hambre fatal.
- ¡Nooo! - gritó el hombre - no me mate, por favor,¡soy muy joven para morir!
- Mmm, no lo creo - exclamo el oso mirando al cazador con detenimiento - parece que es un hombre que ya tiene una buena edad, en fin se hace tarde y...
- ¡Nooo!, por amor a Dios, no me coma, ¿por qué no se busca otro alimento en el bosque? - suplico el cazador.
- Sabe me da mucha pena, pero no. Me gusta almorzar en hora, ya sabe por eso de hacer una buena digestión - respondió el oso acercándose más.
- Entonces, entonces... - dijo el hombre mirando a los costados - ...entonces cómase al perro, si lleveselo pero déjeme a mí.
- ¿A este perrito? - dijo dudando el oso - no le parece una crueldad, parece un buen perro, mire como lo defiende.
- No me importa, ya esta viejo y no sirve de nada - respondió el hombre.
- No se, además es muy pequeño, no sería una buena comida - dijo el oso.
- También tengo algo de bíberes en la mochilla, acá hay una lata de frijoles que le puede servir para acompañar - agregó el cazador al ver que el oso no se decidía.
- ¿Frijoles?, me dan gases, ¿no tendrá un poco de pure de papas? - preguntó el oso.
- No, sólo tengo los frijoles, pero estoy seguro que le gustaran son importados.
- Sabe que, olvidemos el asunto ya se hace tarde y debo empezar a comer - dijo el oso poniéndose impaciente.
- Noooo, no me coma, cómase al perro...- chillo el cazador tirándose al suelo en medio de un llanto desconsolador.
- ¡Qué patetico!, ¡oiga!, dese un poco de ánimos se ve terrible - dijo el oso - todos nos tenemos que morir, no es necesario que haga este berrinche.
El hombre no dijo más y continuó torciéndose en el piso en medio de sus gritos.
- Escuche - dijo el oso perdiendo la paciencia - vayase, olvídelo, ya se me quitó el apetito, puede irse y por favor cambie ese carácter que no le traerá nada bueno.
En ese mismo instante el cazador se levantó y comenzó a correr entre los arbustos.
- ¡Espere!, no se vaya por ahí por que hay un...
Se escucho un fuerte grito y después un golpe. Horas más tarde un par de guardabosques caminaban por el río.
- ¡Aquí está! - dijo el primer guardabosque - este debió ser al hombre que vieron correr como loco hacía el despeñadero, pobre.
- Quedo hecho pedazos - contesto el segundo guardabosques - Mira allá viene un perrito.
El perro se acerco meneando la cola.
- Debe estar perdido, mejor lo llevamos con nosotros, mira como salta de alegria el pillo.
2 comentarios:
Un abrazo, gracias por la visita al blog. ja! buen cuento, con moraleja incluida, y por lo que visto, si, no hay q perderse mucho tiempo.
Carambaa!!! pobre tipo!... y que oso más inteligente.. es verdad que hablan?... uyyy porsi me encuentro uno digo...
Me encantó.. cesitar..!!! felicidades.
abachote!
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